Se debía evaluar en profundidad una nueva idea de producto. La atención se centró en el concepto en sí, en la aplicación concreta y en la selección de los mejores motivos.
Entrevistas individuales cualitativas en un estudio de prueba con 60 niños de 5 a 7 años y 60 madres.
La idea del producto se presentó a los niños en los distintos pasos de diseño, y también se les permitió probar el producto ellos mismos. Las variaciones de la imagen fueron rotadas. Además, se realizaron comparaciones directas con productos de pintura similares ya disponibles.
Los niños estaban especialmente entusiasmados con la idea. Sin embargo, los puntos débiles del diseño del envase se hicieron evidentes: ni las madres ni los niños fueron capaces de entender a primera vista lo que ofrecía el producto.